La mujer del César.
La expresión "la mujer del César" se emplea cuando se exige a una persona pública una rectitud moral excesiva y escrupulosa.
La expresión proviene de una frase de Julio César recogida por Plutarco (VP 50.125). Julio César dijo: "Yo no quiero que mi mujer sea supuesta ni de la menor sospecha". Otros traducen: "Sobre la mujer del César no debe caer ninguna sospecha".
Cuenta Plutarco que un patricio romano, Publio Clodio Pulcro, estaba enamorado de Pompeya, la esposa de César y que, aprovechando una fiesta, entró en la casa de César, vestido de tañedora de lira, pero fue descubierto y castigado por ello. Sin embargo, Plutarco dice que César, aunque estaba seguro de que no había ocurrido nada deshonroso y de que su mujer le había sido fiel, repudió a Pompeya.
El hecho parece ser cierto y dio lugar a la frase completa la mujer del César no le basta con ser honrada, debe parecería. También es cierto que César era realmente, no sólo lo parecía, un adúltero.